Monday, July 24, 2006

INVOCACION Y MENSAJES.

DE LA INVOCACIÓN A LOS ANGELES.
Por Waldemar Verdugo Fuentes.

Según lo que se sabe y nos hemos enterado, anotaremos breves pinceladas de los métodos para convocar a los ángeles. Este consiste, primeramente, en elegir un lugar único para la ceremonia, un sagrario dedicado únicamente para este objeto, el que será consagrado mediante un rito apropiado para invocar el poder de los ángeles, estableciendo una atmósfera que posibilite el contacto. Esta ceremonia inicial podrá realizarla un sacerdote de la religión que sea, pero que simpatice con los ideales expresados de fraternidad entre los hombres y los ángeles. Hacia el Oriente habrá un altar donde los fieles coloquen flores aromáticas renovadas día tras día: símbolos religiosos; un cuadro o una estatua de la persona fundadora de la religión que se sigue; agua bendita; incienso y velas. En los casos en que no puede obtenerse estas cosas, deberá haber flores y un simple objeto bello. Y si ni siquiera esto se tiene, bastará la intención del corazón pletórica de alegría, sencillez, pureza y anhelo de belleza por sobre todo. En todo caso, las condiciones esenciales en la ceremonia son una limpieza perfecta del lugar en que se realiza, una atmósfera de pureza externa y un inquebrantable deseo de mutua cooperación entre ángeles y hombres para auxilio del mundo. Todos los participantes en la ceremonia estarán vestidos con ropas sencillas, del color correspondiente al grupo de ángeles cuyo auxilio se invoca.

GRUPOS DE ANGELES COLORES QUE HAN DE USARSE
Guardianes del hogar Rosa y verde suave
Sanadores Al oscuro
De la Maternidad y el Nacimiento Celeste
Ceremoniales Blanco
De la Música Blanco
De la Naturaleza Verde
De la Belleza y otros Amarillo (color de la sabiduría).

Es posible dedicarles oraciones con fines particulares. Cuando es invocado más de un grupo de ángeles, el oficiante podrá vestirse indistintamente de uno otro color entre los apropiados. En todo caso, las ceremonias apropiadas en si son una invocación por la mañana y un servicio de acción de gracias por la noche.
Una vez comenzados los servicios, deberán sucederse con regularidad, siendo siempre deseable la presencia de niños entre los concurrentes. Los niños deben estar, en lo posible, vestidos con ropas blancas. La ubicación de los niños es en primer lugar frente al altar, y la de los oficiantes en último lugar al final. Los niños se ubicarán en semicírculos, frente al altar, el rostro hacia sus mayores, dejando un pasadizo en el centro. Así como los niños hay que ubicarlos lo mas cerca del altar, lo propio hay que hacer con los ancianos, enfermos y mujeres grávidas: todos ellos lo mas cerca posible del altar; el resto permanecerá de pie y en filas rectas detrás de aquellas personas.
Cada oficiante, uno por cada grupo de ángeles invocados, avanzará por turno hacia el altar, cruzando el pasadizo en el centro y repetirá la invocación apropiada (que, a pesar de que existen pautas, debe ser lo que siente el corazón). Durante la invocación el oficiante alzará las flores por sobre su cabeza siguiendo con su mirada la acción, empleando toda la fuerza de su pensamiento y poder en llamar a los ángeles (sábese que la medida de la eficiencia de cada ceremonia es proporcionada por la suma de conocimiento, voluntad y poder de pensamiento empleados por el oficiante). Todos los presentes se unirán al oficiante con toda su capacidad y fe, siguiendo con la intención el sentido de la plegaria. El esfuerzo realizado no deberá producir tensión física indebida, y la ceremonia no debe degenerar en una mera repetición de formulas o rezos; de aquí que todas las fórmulas son válidas si es justa la intención del corazón. Al mismo tiempo deberán mantenerse con firmeza un sentimiento intenso de alegría y una sensación de anticipo del deseo realizado, por la compañía de los ángeles. Se recuerda que uno es lo que se piensa ser.
El oficiante, al mantener en alto las flores unos instantes, debe ofrendar en ellas la belleza y la fragancia a los ángeles, emitiendo a través de este gesto amor y profunda gratitud por el servicio de los seres angélicos convocados. Todos los presentes, de igual modo, han de ver en esta ofrenda un sentimiento agradecido, al que se puede ofrendar incienso, una veladora o un simple vaso de agua. En verdad, es una ofrenda para un ángel cualquier cosa que consideremos bella a nuestro entender de lo que es hermoso. Para ellos también son de suma importancia nuestras oraciones personales agradecidas, porque nada hace más feliz a un ángel que saber que está sirviendo al hombre.
Cuando es imposible que niños, enfermos, ancianos o mujeres grávidas se hallen presentes, cualquier asistente a la ceremonia puede concurrir donde estas personas imposibilitadas de asistir se hallen, llevándoles algo que haya permanecido en el altar durante la ceremonia, que está con la fuerza que el ángel impregna. Si es posible, de cara al paciente imposibilitado de asistir, se dirá una plegaria enfocada a cada caso en particular y pidiendo invocación del grupo de ángeles requeridos; así se pedirá para los niños la intersección de los ángeles sanadores; de los constructores para las mujeres embarazadas; en particular del Arcángel Rafael y sus huestes para ayudar a los enfermos...
Se insiste en que esta ceremonia debe mantenerse en la forma más sencilla posible, enteramente libre de sensacionalismo o esmero sin medida, sin ninguna intención de obtener un contacto personal con motivo de provecho, interés o simple curiosidad personal. Tampoco se debe obligar a nadie a asistir al sagrario para impresionar o llamar su atención. Deberá ser absolutamente natural nuestra relación con los ángeles, tan natural como nuestro trato con los demás o con los animales domésticos.
Una confianza completa en Dios caracteriza a los ángeles, y quien se acerca a ellos también adopta naturalmente esta cualidad de fe en el poder y justicia divinos.

HABLA UN ÁNGEL

Por cierto que deben existir un sin número de escritores que han publicado obras con supuestos mensajes dictados por ángeles y recibidos en estado de trance o iluminación (al final se dice que toda la literatura se recibe en cierto estado de gracia). Aquí solo rescatamos palabras atribuidas a ángeles en un libro sagrado (el Bhavad Gita), en un libro clásico (La Divina Comedia) y en la producción literaria de un autor popular en el siglo XX, Geoffrey Hodson, de quien se conocen muchos escritos atribuidos a mensajes enviados por ángeles, en un género de comunicación que nada tiene en común con la mediumnidad, la escritura automática ni el trance. Sus percepciones son directas, en estado de vigilia, y gozan de popularidad entre los adeptos a esta literatura. Sus escritos, publicados en la primera mitad del siglo XX, en Inglaterra, son el resultado de años de estudios e investigación. Contra la renuencia o incapacidad de creer de muchos, diremos que, si bien es posible que estos textos en verdad no fueron dictados por ángeles, si son un esfuerzo atinado que inclina a la meditación y a una vida disciplinada en la fe, que, por supuesto, justifican su obra. En el prólogo de su libro “The Brotherhood of Angels and Men” (que data de febrero de 1927) escribe rogando a los lectores “que juzguen mi trabajo según el mérito que le atribuyan y nada mas, considerando que si percibimos la verdad esto depende de nuestra capacidad de vibrar al unísono con la fuente que la expresa... Es posible que tras una rápida lectura cualquier libro se convierta en pura fantasía, pero si se esforzasen también es posible hallar verdad y atisbos de estados de consecuencias repentinamente perceptibles donde recelaban visiones fantásticas...”
A manera de muestra, como punta de iceberg, en un rescate arbitrario, hemos numerado algunos de estos mensajes recibidos por Hodson, y los ofrecemos al lector, quien no debe olvidar que quien habla es un ángel:

1) Lo más esencial de tu parte es creer en nuestra existencia.
2) Detrás de todo fenómeno encontrarás un miembro de nuestra raza. Nuestra posición en la naturaleza se parece mucho a la del maquinista: no se trata de la fuerza misma; la dirige; y así como su cuidado y vigilancia constantes son esenciales para que la máquina funcione eficazmente, de igual modo los ángeles son esenciales para que la máquina de la naturaleza funcione eficientemente al igual que sus componentes, desde el átomo...
3) Es improbable que este conocimiento se logre con instrumentos físicos. Quizás lo que se descubra es que el método más fácil de aproximación a nosotros es el amor a la naturaleza. Quienes desean encontrarnos tendrán que aprender a intimar con la naturaleza mucho más de lo conseguido hasta ahora por la humanidad promedio. Además de una captación mas honda de la hermosura de la naturaleza deberá evidenciarse esa reverencia hacia todas las formas y modalidades, hacia la totalidad de sus múltiples manifestaciones, y esa reverencia nacerá del reconocimiento de la presencia divina de la que dichas formas, modalidades y hermosuras son solo manifestación externa. Es natural que de esta captación nacerá la comprensión de que toda belleza es de naturaleza sagrada y el deseo de acercarse a la divinidad que mora en ella. Luego de esto habrá de lograrse un sentimiento vivo de unidad con la naturaleza hasta que puedas descubrirte en cada árbol, en cada flor, en cada hierba, en cada nube que pasa, y comprender que las múltiples diversidades que constituyen un valle, un jardín o un vasto paisaje montañés, marino o celeste, son tan solo manifestaciones del Yo Único que mora en ti, del que eres parte, por medio del cual puedes atravesar el velo externo de la belleza hasta que no te impida mas la visión del Yo. Una vez conseguida esta comprensión estarás en el umbral de nuestro mundo; habrás aprendido a ver con nuestros corazones.
4) Todos los verdaderos artistas recorrieron este camino mas pocos nos encontraron, pues la mente inquisidora del científico y la mirada penetrante del vidente deberán sumarse a la sensibilidad del artista. El científico deberá aprender a empezar donde concluye el artista; y luego de ubicarse en el meollo de la naturaleza, continuar sus investigaciones hacia fuera, hacia la circunferencia. En su realización de si no perderá la claridad intelectual, la exactitud de observación que tanto aprecia, sino que las dirigirá partiendo de un nuevo punto de vista. Quien quiera saber de nosotros habrá de ubicar su mente “dentro” del árbol. De la planta, del animal, del elemento, del átomo.....
5) Si hay sinceridad el conocimiento llegara con seguridad.
6) Traemos el mensaje de felicidad de El-Que-Ha-Vendido. Somos manifestaciones de la gloria divina. Para nosotros solo hay alegría, luz y poder siempre crecientes a medida que aprendamos a expresar cada vez mas la Voluntad Divina que fue nuestro origen.
7) Hasta los médicos podrán invocarnos para que los ayudemos en su misión. Los lechos de los enfermos humanos reclaman nuestra presencia, a nosotros que no sabemos que es el dolor. Solo conocemos de sanidad, por lo tanto, nuestra sola presencia cura de todo mal.
8) Si nos pudiésemos acercar con libertad podrían realizarse prodigios de curación. Pero para conseguir esto deberás combinar curación con religión con ceremonias, al igual que con la visión de la realidad tal como la capta un artista. Sería preciso que en cada institución dedicada al cuidado de niños, enfermos y ancianos se cree un centro magnético, que pudiésemos utilizar como foco. Para ello no es menester mucho conocimiento sino únicamente sinceridad y visión. En todas las salas y enfermerías habría que consagrar y utilizar una pequeña capilla: de esta manera cada médico se convertiría en sacerdote y cada enfermera en acólito. Y nosotros acudiríamos a curar a través de ellos, ayudando de cien maneras distintas.
9) La vida hogareña de los hombres debería de contar con un sitio para nosotros. En algunos países invocan nuestra presencia pero, incluso en esos sitios, debido a largas y continuas prácticas el hábito perdió vigor y pasó a ser una forma hueca. Nuestro poder de acción es mayor y nuestra presencia más real si se instalan centros magnéticos en el hogar. Para instalar un centro magnético basta con un simple objeto muy bello, mentalmente asociado con nosotros, ubicado en un lugar especial, al que se puedan agregar ofrendas si se tienen, aunque basta el simple estímulo de confiar en la cooperación de la ayuda mutua.
10) Aunque en gran parte el mundo se ría de nuestras aspiraciones, está asegurada una respuesta creciente: en este sentido existe una atracción instintiva en el corazón y mente humanos, que nace, en parte al menos, de antiguos recuerdos, provenientes de aquellos tiempos en los que nosotros andábamos con ustedes naturalmente, y en parte también, de la clarividencia natural latente en toda alma humana.
11) Nosotros no te pedimos que nos adores, lo cual seria impropio, sino que nos ames. Sólo se adora a Dios.
12) Sé paciente y paciente y paciente.
13) Recuérdalo: el origen fundamental del poder está en la idea. Los mundos manifiestos no son sino fuerza emanada (o reflejo) de la Idea Divina. Y por ser esto así, ningún retraso puede reducir su potencia, ninguna circunstancia puede impedir su expresión última. En este conocimiento habrá de basarse la paciencia.
14) La paz es el equilibrio del hombre. Aunque todos los planetas y toda su población se mueve él está inmóvil y en sus vastos dominios no hay nada que perturbe su paz tan firmemente fundada en Dios.
15) Por supuesto que la paz de Dios no es propiedad tuya, no es cualidad que tengas que adquirir; es un poder que deberás liberar: es el centro giroscópico de tu alma.
16) Los caminos que atraviesan la mente están empedrados de pensamientos. Y por allí habrá de deambular el alma. Has de empezar, pues, con el pensamiento.
17) Piensa con frecuencia en la paz, mas no la confundas con quietud ni estado alguno de cosas externas, por más tranquilo y silencioso que sea eso. Sumérgete a mayor profundidad en busca del reino de la paz. Este reino no está en la mente ni en el corazón aunque la esencia de estos radique en su profundidad.
18) Meditar en la paz te apisona el camino que recorres y lo hace liso y cómodo para tus plantas.
19) En la frontera te sentirás solo pero no temas. No es mas que el aura del reino de la paz, que se extiende por doquier y te encuentra en el camino. Camina sin temor porque el propio poder de tu calma te fortalece para las etapas de la búsqueda. Tan pronto la calma se profundice en tu derredor, salúdala y déjala penetrar en tu alma hasta que todo nervio y todo átomo se rinda.
20) La sabia hembra domina al macho con la calma.
21) Puedes pensar en todo cuanto nosotros los ángeles vemos.
22) El método que debes seguir es el siguiente; primero, elevar el alma; segundo, expandir la mente; tercero, avivar la inteligencia; y cuarto, coordinar cuerpo, mente y alma.
23) Para instruirte debes primero allegarte al reino de la alegría, para que te mantenga en presencia del conocimiento. Se alegre.
24) El conocimiento se diferencia de la sabiduría: ésta crece siempre, aquél es estacionario. La sabiduría es el yo del conocimiento. El conocimiento es la sabiduría expresada en ideas. La sabiduría es innata a ti mismo: el alma humana puede adquirir el conocimiento. El conocimiento pertenece a lo irreal, la sabiduría a lo real. El conocimiento muere, la sabiduría es eterna. El conocimiento es el aroma; la sabiduría es la flor. El conocimiento es la luz; la sabiduría es el sol. El conocimiento es la obra de arte; la sabiduría es la visión.
25) Para enseñar hay un solo método: la participación, porque es así como Dios enseña y todo instructor respecto de su discípulo debe asemejarse a Dios.
26) Lo mas elevado para el instructor es la sabiduría; para el discípulo, la voluntad.
27) En los niños las cualidades de alegría y libertad deberán desarrollarse en grado sumo; esto resulta esencial para el buen éxito final.
28) Nadie, ningún ser está en posesión de la visión. Simplemente: Es. El punto superior dentro de cada uno es tan solo un reflejo de aquella visión, que ordena todas y cada una de las células de todos los mundos. Todos los que viven están ordenados por esa visión en su involución y evolución. Nadie sabe ni sabrá jamás de donde llegó pues trasciende el conocimiento. La visión es ápice y base a un mismo tiempo, todas las facetas de una pirámide. No se halla aquí, ni allí, ni en parte alguna: está en todas partes.
29) La mente es la expresión última.
30) La obra habrás de considerarla como vasija llena de fuerza, es decir, de la fuerza de la idea que hay tras ella. La inteligencia hace que la vasija adquiera un contorno perfecto. Cuando el contorno de una forma es perfecto, la forma no se pierde.
31) La alegría y el trabajo son sinónimos en Dios. No existe la alegría sin el trabajo.
32) Tu trabajo es tu forma perfecta de relación con Dios. Este es un misterio que solo quien recorre puede resolver. Quien quiera comprender esto, busque el camino.
33) Que si alguna vez vacilas, el amor te empuja hacia delante.
34) El amor te abre el camino.
35) Encuentra la fuente del conocimiento, la alegría y el amor, bebe su cuota de ellos. Es decir: Sana por identificación.
36) Y recuerda: por encima de todo está lo que demanda tu raza.

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© Waldemar Verdugo Fuentes.
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